La palabra “reductivo” tiene raíces latinas , proviene del término “reductivus”, y significa “que vuelve como estaba, que le quita algo que se ha puesto”. Su estructura léxica se compone del prefijo “re-” (hacia atrás), más en sufijo “tivo” (relación directa o indirecta).
¿Por qué interesarnos en tratamientos reductivos?
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México ocupa el quinto lugar en obesidad en el mundo. 7 de cada 10 adultos y 1 de cada 3 niños tienen sobrepeso y obesidad.Esto implica un gran reto en una época marcada por la inmediatez y la ansiedad.
Cuando las personas acuden a tratamientos en cabinas, la expectativa principal es obtener resultados:
1- Inmediatos , con cambios visibles desde la primer sesión.
2-Duraderos, que brinden beneficios a largo plazo.
3-Integrales, que transformen por completo cómo se sienten.
evidentemente , buscamos tratamientos que sean inofensivos , que no dañen a la salud ni generen efectos secundarios indeseables. Nuestro mayor obstáculo radica en enfrentar procesos de recaídas , ciclos y retrocesos.
¿Cómo lograr resultados duraderos?
La clave está en trabajar de manera integral. No solo transformando la apariencia física, sino también comprendiendo los patrones de acumulación de lípidos y la distribución del tejido adiposo en el organizmo.
¿De qué sirve cambiar el cuerpo si no se aborda aquello que lo daño desde su raíz?
¿Por qué acumulamos grasa de diferentes formas?
El tejido adiposo tiene una función emocional que se establece desde la primera infancia. La acumulación de tejido adiposo está relacionada con el tipo de apego que se establece con la madre. Este tejido actúa como mecanismo de defensa contra carencias de amor (grasa suave y caliente) o agresiones (grasa dura y fría). Además, el equilibrio del sistema digestivo , representado por el “Hara” (canales alimentadores y canales de desagüe), es fundamental.
Los intestinos , considerados el primer cerebro emocional ( Sistema Nervioso Entérico), están vinculados a cinco actitudes emocionales inconscientes: ansiedad,
preocupación , tristeza , enojo y miedo.
La intoxicación, que se manifiesta como inflamación, puede conducir a enfermedades como el cáncer.
Como propuesta para abordar y ayudar a liberarte de la inflamación del cuerpo presentamos cuatro técnicas sencillas:
1- Depura desde adentro:
Implementa una alimentación adecuada para activar los mecanismos naturales de limpieza que tiene tu propio organismo para liberarse de las sustancias nocivas y las toxinas que se almacenan en nuestro organismo.
2- Estimula desde afuera:
A través de la Masoterapia podemos frotar y presionar los tejidos blandos del cuerpo, usa un vehículo que permita fluir con suavidad sin lastimar e irritar el cuerpo. Enriquece tu masaje y penetra en la piel sumando aceites esenciales que fomenten la activación y depuración de tu organismo.
3- Desintoxica, tanto en términos de alimentos como emociones.
Analiza, planifica y distribuye el consumo de alimentos y substancias. Evita aquellos que tu cuerpo acumule y aprovecha los que activen sus mecanismos de desintoxicación.
Limpia tu mente de emociones y pensamientos negativos que causen miedo y falsas creencias . Identifica lo que te da energía o te la quita.
4- Desinflama día con día.
Utiliza tratamientos y productos que reafirmen y fortalezcan los tejidos de la piel.
Ejercita tu cuerpo de manera habitual para favorecer cualquier tipo de tratamiento y el correcto funcionamiento de tu organizmo.
Tener un enfoque holístico nos permite abordar tratamientos reductivos no solo como cambios externos, sino como transformaciones internas que promueven una relación más saludable con nuestro cuerpo.
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